Poetry

Los extraños

Los extraños se besan la boca

Se respiran los poros

los fluidos adversos

haciéndolos eternos

en el vaivén de un silencio.

Un momento incógnito

que al pasar se olvida de todo,

y vuelve a la realidad.

Los extraños silenciosos,

temerosos de que algo vaya a pasar

no se miran jamás

pues el karma les ha de llegar.

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Ternura y miedo

Las bancas en los parques solitarias

Esperan tu presencia como dos golondrinas pérdidas.

¿Serán dos perdices que te extrañan, o serán dos corazones que te aman?

Yo no sé si son las aves o los perros,

Los humanos vestidos de dragones,

Las rosas queriendo ser árboles o el arcoiris queriendo ser tinieblas.

Yo no sé qué es lo que es, pero te sigue, y entre sus brazos, sublime, me pide que te apacigüe.

Ya no puedo amor con esta carga,

eres tan duro y todo el mundo te extraña.

Nadie te llora y nadie te sufre como yo,

que sólo te huelo a azufre.

Eres impredecible, extravagante,

Dices que me amas y luego fallas.

No llegas al parque en el que te espero, y me dejas tan solo viendo las bancas.

La gente pregunta tu paradero,

dicen que no hay amor sin esmero.

Que eres el sol que ilumina al pueblo, la comedia del teatro donde no hay tragedia.

No sé que decir, desde que te espero,

y los dos corazones laten de ternura y miedo.

Ignorancia

¿Qué pasa con el amor cuando no es correspondido?
¿A dónde va? 
¿Quién se hace acreedor de tantos tesoros?
 
¿Será que se sepulta entre la duda y la dicha?
¿O será que vuela al sol y su fuego es quien lo mantiene vivo? 
 
Qué gran funciona la del amor perdido;
mantener vivo al sol,
para alumbrarnos cada día.
Para darnos luz, aunque sea su vida misma 
la que causa la sombra.
 
A dónde van las ilusiones de amor,
o los sueños sin decir,
los te quiero jamás pronunciados.
¿Será que se condensan y son la lluvia que riega las flores?
O será que se convierten en besos falsos que se darán en vano,
a través de caricias marginadas, 
que en vez de ser sentidas han sido obligadas.
 
No sé a dónde van los besos que te guardé, 
el amor que no hicimos;
o los lugares a los que nunca fuimos,
pero es quizás en la ignorancia 
donde les aguarda su mejor destino.

Torero

Nacido en España y adoptado por el mundo,
él se ha criado.
Enfrenta sin miedo sus derrotas
pues alberga en él esperanzas remotas.
Dispuesto a ponerse los cuernos
procede a entrar al ruedo.
Con su hermoso traje de luces, levanta
la vista al cielo.
Dispuesto a perderlo todo, la pasión va
con ello.
 Es el momento del comienzo, el final o el
tropiezo.
Sólo en Dios está el hecho.
Puede sentir sobre su ropa la sombra
que el miedo adopta.
Mas aquella pasión ardiente,
 lo ha llevado a colocarse
entre la vida y la muerte.
El recorrido de su vida lo abrume,
huele la vida como un cruel perfume,
el instante sepultado sobre aquellas cruces.
Ha ganado su faena como una obra de arte,
ha encontrado en ella la sonrisa estimulante.
Ha matado a lo profundo, el estoque llamó
 la muerte.
La gente en la plaza levanta la alegría,
 él respira un  nuevo día.
Su esbelta figura se ve congraciada,
 ha ganado una de veinte mil batallas.
Con sangre en su traje siente orgullo,
ha hecho lo que de él nacía.
Arriesgarse a la muerte y aferrarse
 a la vida,
La adrenalina corriendo, desafiando el
peligro, sólo él conoce lo que es estar
arriba.
Donde sólo el que acelera el corazón, ondea
el capote y enfrenta a la bestia,  ríe de
placer y miedo.
La plaza grita: ¡Se ha ganado el cielo!,
por fuera susurran se irá al infierno.
Comienza de nuevo, retando a la víctima
o victimario.
El entrega su vida, su corazón y algo inmenso.
La afición no cree lo que ve,
mientras que el cielo implora OLE OLE.

25

El olor a hierba fresca

la humead que se respira en el aire

el viento fuertísimo gritando verdades

el año se acaba

la lluvia condensada

la marea sube y baja

la locura de humanos parlanchina

te quedas en tu cama acostado

por primera vez estás solo

no quieres despertar a la locura

no quieres salir de tu comfort

por primera vez ves el miedo

y aceptas tu dolor.

Perro

Me ladrabas a la hora de comer, mordías mis vestidos y me lamías tan sólo la mano. Para después irte con tu jauría de perras, y no volverte a ver hasta que tu rondada callejera se acabara en el sexto mes. Cada seis meses, perrito, venías. Fue por ti que me encantaron los cachorritos. Y la niña que se llenaba los bolsos de gatos, se quedó plasmada en las fotos viejas para no salir. Me instruiste el amor canino, y aunque te me has perdido, y seguro otra dueña amante de lo ajeno, ya te ha adoptado, no te extraño. Fuiste un perro conmigo y yo siempre preferí los gatos. 

Luna atascada

Hoy la luna no está llena ni creciente,

La luna está atascada

Entre el miedo y la muerte,

El cielo gris esperando conocerte.

Se esconde la luna no vaya ser que te encuentre,

Y que a tus ojos no le gusten verme.

La luna sin prisa atascada en su risa

Te mira de lejos regocijada.

Muchacho de ojos tristes, tan bellos y llorosos,

Si la luna atascada te pide

¿Le darás lo que tienes?

Está atascada y no avanza,

sigue tus pasos temblorosos.

Que son lentos e indecisos,

Y nos dejan llorando entre sollozos.

Me duele caer

Me duele que llueva y den las seis

me duele que te encierres cuando el mundo está al revés

me duele que revientes cuando te digo no está bien

 

Me dueles cuando te asombras del tráfico de ayer

me dueles cuando insinúas que no me visto bien

me dueles cuando blasfemas por ver la aurora caer

 

Me duele si te vas y no me dices ven

me duele si te quedas sólo para comer

me duele si me besas tan solo para beber

 

Ya no me duele tu ausencia

me duele caer

 

Cedro

Tu inconsistencia se encargó de matar lentamente el amor que por ti sentía.

Ibas y venías lentamente contando espinas.

Las tirabas, las dejabas a la orilla de la cama

Sin sentir un ladrido en tu consciencia.

Podías quemar el llano con tu ausencia

Embriagarte llenarte de vértigos y almendras.

Para después venir contándome mil cuentos desterrados de alguna dama moribunda

que moría en el seno de tu memoria al terminar el día.

Y al día siguiente otra dama moribunda

Con mil cuentos que contar que tú tenías que cantar.

Me cansé de tus historias, tus mujeres y tus garras.

Siempre cedro fuerte mes de abril viviente fecundo en luna creciente me abatiste pero no me destruiste

Te fuiste y ya nunca volviste.

Sirena en libertad

Entre el mar y el cielo se ve el arcángel azul que recae.

Entre el viento y la lluvia se escucha tu risa que pide a gritos libertad.

¿Quién te ha dejado sola? ¿Quién te ha encerrado en el mar de sirenas?

Tan bella como un ángel, tan frágil como hoja; Afrodita tan pura y marchita.

¿Cuándo volverás a tocar la luna, a beberte el sol y a cantar el alba?

Yo aquí te espero, te espero sentado entre un paraíso de llanto.

Estoy entre hadas y duendes, tus amigas las ninfas me hablan de ti y celosas te esperan.

El amor ya no toca a mi ventana, la puerta del recuerdo se ha cerrado,

en mi memoria tu cuerpo encadenado.

Eres presa de tus miedos ilesos, de tu inocua juventud, de tu sinfonía,

de tu swing y tus sueños de utopías.

Preciosa estrella que brilla en el cielo, eres la única en mi firmamento.

Te veo de lejos aprisionada, víctima de tu propio juego.

Tu única juez en tu juicio.

Brillas pero ardes, vives pero mueres,

bailas pero arrastras las mil caras del amor.

No sabes amar, jamás has sido amada,

tu alma vieja muere lentamente en la prisión de tu cuerpo joven; en la isla que no has de ir a visitar.

Entre sueño y sueño has aprendido a despertar.

Preciosa sirena, la única salida es el hombre al que no supiste amar.