Las bancas en los parques solitarias
Esperan tu presencia como dos golondrinas pérdidas.
¿Serán dos perdices que te extrañan, o serán dos corazones que te aman?
Yo no sé si son las aves o los perros,
Los humanos vestidos de dragones,
Las rosas queriendo ser árboles o el arcoiris queriendo ser tinieblas.
Yo no sé qué es lo que es, pero te sigue, y entre sus brazos, sublime, me pide que te apacigüe.
Ya no puedo amor con esta carga,
eres tan duro y todo el mundo te extraña.
Nadie te llora y nadie te sufre como yo,
que sólo te huelo a azufre.
Eres impredecible, extravagante,
Dices que me amas y luego fallas.
No llegas al parque en el que te espero, y me dejas tan solo viendo las bancas.
La gente pregunta tu paradero,
dicen que no hay amor sin esmero.
Que eres el sol que ilumina al pueblo, la comedia del teatro donde no hay tragedia.
No sé que decir, desde que te espero,
y los dos corazones laten de ternura y miedo.