Tienes los ojos del cielo, y el perfil griego.
Eres Adonis viviendo en el cuerpo de un mortal.
No hay nada más suave que tus cabellos,
que los vellos de tu cuerpo, y de tu pecho, abundantes.
Gracias por ser mi ángel guardián
por llegar ahora y no esperar más,
gracias por tus años que me doblan la edad
y me hacen tener veintiún años más.
Porque cuando vivo contigo, vivo,
y recorro lo que ya recorriste,
y me devuelves años
y me devuelves vida.
Camino las millas que te enseñaron a volar.
Me enseñas el mundo como a un fruto inmaduro.
Y yo rosa roja, apenas florezco,
y mezclas tu cuerpo y fusionas tu alma
y el universo se hace leyenda y nosotros historia.
Y tu mente de artista me dice que no hay nada más lindo
que la historia.
Pasamos el día como adolescentes enamorados,
se pasa el día, se pasa la noche
y a mi lado huelo tu aroma a libro viejo,
a casa vieja a cerveza con hierba fresca
a lo raro, a lo desconocido
al vino antiguo que es el mejor.
Al amor mojado que es lo que más disfrutas,
a tu sudor de melocotón.
Se pasa la vida y yo te saboreo los días,
se pasa esta vida,
y luego nos vemos en la otra
en el siguiente nivel,
para seguir jugando
para seguir amando y bebiendo los besos.
Tragando los años
como adolescentes enamorados.
Adela McKay 